Excelente reflexión, muy bien argumentada y escrita con claridad. Al leer tu texto, me vino a la mente lo que Adorno y Horkheimer planteaban a mediados del siglo XX, en su ensayo sobre la industria cultural: el gusto se construye socialmente. Cito un fragmento donde hablan de las películas del cine: "[las películas] Están hechas de modo que para apreciarlas adecuadamente se requiere, por un lado, rapidez de percepción, capacidad de observación y conocimientos específicos, y por otro están diseñadas para bloquear, de hecho, la actividad mental del espectador, si no quiere perderse los hechos que se suceden rápidamente ante sus ojos."
El doomscrolling y el ciclo infinito de los stories del Instagram profundizan aún más esta tensión entre la percepción rápida de las imágenes y la atrofia de la capacidad imaginativa del espectador, de su ignorancia selectiva (como tú propones). Es una educación de la atención que ignora los silencios, lo implícito, las entrelíneas y las pausas. Es el ritmo frenético de la producción de contenidos online. La pregunta es: ¿hasta qué punto Substack fomenta este tipo de consumo?
Gracias por el gran aporte, Renato. Lo del gusto como constructo social lo suscribo totalmente. En cuanto al papel de Substack, lo que no me gusta mucho ahora es la importancia que le han dado a las Notes y los seguidores (en vez de suscriptores), lo que huele a que quieren migrar a una red social más "tradicional". En ese contexto el volumen será lo único que importa, algo que, pensaba (y esperaba) no sería importante aquí. Espero equivocarme.
Excelente reflexión, muy bien argumentada y escrita con claridad. Al leer tu texto, me vino a la mente lo que Adorno y Horkheimer planteaban a mediados del siglo XX, en su ensayo sobre la industria cultural: el gusto se construye socialmente. Cito un fragmento donde hablan de las películas del cine: "[las películas] Están hechas de modo que para apreciarlas adecuadamente se requiere, por un lado, rapidez de percepción, capacidad de observación y conocimientos específicos, y por otro están diseñadas para bloquear, de hecho, la actividad mental del espectador, si no quiere perderse los hechos que se suceden rápidamente ante sus ojos."
El doomscrolling y el ciclo infinito de los stories del Instagram profundizan aún más esta tensión entre la percepción rápida de las imágenes y la atrofia de la capacidad imaginativa del espectador, de su ignorancia selectiva (como tú propones). Es una educación de la atención que ignora los silencios, lo implícito, las entrelíneas y las pausas. Es el ritmo frenético de la producción de contenidos online. La pregunta es: ¿hasta qué punto Substack fomenta este tipo de consumo?
Gracias por el gran aporte, Renato. Lo del gusto como constructo social lo suscribo totalmente. En cuanto al papel de Substack, lo que no me gusta mucho ahora es la importancia que le han dado a las Notes y los seguidores (en vez de suscriptores), lo que huele a que quieren migrar a una red social más "tradicional". En ese contexto el volumen será lo único que importa, algo que, pensaba (y esperaba) no sería importante aquí. Espero equivocarme.