Lamento por Ícaro
Un vicio, otra forma de pobreza y la manipulación de masas.
🖼️ Una pintura:
El mito de Ícaro es conocido por todos: Dédalo construye unas alas de cera y plumas para que su hijo escape de Creta. Pero desobedeciendo la advertencia de su padre de no acercarse demasiado al sol, Ícaro se eleva demasiado alto, el sol derrite la cera, y cae al mar.
En “El Lamento por Ícaro” (1898), el británico Herbert James Draper se centra en lo que pasa tras la caída, en lugar del vuelo mismo. La pintura muestra el cuerpo inerte del joven, rodeado de ninfas acuáticas que lloran su muerte. A diferencia del mito, sus alas permanecen intactas, lo que acentúa la belleza de Ícaro y la tristeza de las ninfas.
🍵 Dos reflexiones:
La pretensión de conocimiento es el vicio más peligroso, porque nos impide mejorar. [Fuente]
Otra forma de pobreza: zona de confort, miedo al juicio, gratificación instantánea. [Fuente]
🦉 Un recuerdo del archivo:
Las técnicas de Bernays no quedaron confinadas al ámbito comercial. Su comprensión de la psicología de masas y su habilidad para manipular los deseos inconscientes pronto llamaron la atención de la esfera política. La premisa resultaba irresistible: si las personas están fundamentalmente impulsadas por fuerzas irracionales internas, entonces el control social podría ejercerse satisfaciendo y direccionando esos impulsos ocultos. Lo que había que hacer era satisfacer los deseos egoístas internos de las personas, haciéndolas felices y, por lo tanto, dóciles y pasivas.
Sigue leyendo → Antorchas de libertad
🪴 Algo más:
Estas últimas dos semanas me tocó desarrollar unos trabajos para la cuprífera nacional, Codelco, interesada ahora, luego de décadas de explotación, en conservar algunos ecosistemas cercanos a sus operaciones.
La primera semana estuve en Calama, visitando un caudaloso río San Pedro, y la segunda en El Salvador, recorriendo el imponente Salar de Pedernales, hogar de flamencos y vicuñas.
Más allá de estos menesteres, parte de mi oficio como biólogo que disfruto enormemente, trabajar para la gran minería implica también hacerse cargo de un agotador proceso administrativo, ya sea en la forma de exámenes, documentos, charlas e inducciones. Atareado, pues, por esta burocracia disfrazada de falsa preocupación, amparada por lo que en Chile denominamos “Prevención de Riesgos” —invento empresarial para evadir responsabilidades—, hallé refugio y distracción en la lectura.
Así pude, como relaté la semana pasada, terminar “Al Este del Edén” de John Steinbeck, cuyo final aciago me dejó pensando, y este fin de semana terminar una obra menor de un favorito mío: Germán Marín.
En “Antes que yo muera” (2011), el chileno reúne en una serie de breves textos, a modo de diario personal o notas autobiográficas, distintos extractos de su vida. Entre otros, relata el exilio y sus encuentros con grandes como Borges, Neruda, García Márquez, Onetti, Rulfo, y su amistad con otros locales como Rojas, Lihn o Teillier.
“La memoria que me acompaña está compuesta generalmente de unos estallidos repentinos, enclaustrados en ciertas zonas de silencio, donde sólo reina la noche larga de la oscuridad, como si hubiera días, meses, años, donde yo no hubiera existido.”
Si disfrutas leyendo Pequén, invítame un café. ☕️
Muy buen escrito e ideas, también debo destacar las vistas preciosas que tienes.