7 Comentarios

Curiosa y grata coincidencia. Al empezar a leer las primeras frases me vino a la cabeza William James y su explicación de porqué el tiempo pasa más rápido conforme envejecemos: "Porqué tenemos menos recuerdos de momentos diferentes, porqué no hay "cortes" significativos en nuestra rutina y no hay acontecimientos "especiales" que marquen "tajos" diferenciales".

Al ver esa película, la de Perfect Days, yo me vi reflejado en el protagonista. Al acabar de ver la película, esta reafirmo mi forma de concebir la vida que podría resumirse en: "Ya está todo hecho, hemos triunfado. No hay que hacer nada más". El otro día te comentaba que me marco la lectura de Houellebcq, y precisamente fue porqué vi en esos personajes de vidas anodinas, los cuales sufren en sus obras, una vida que yo desearía vivir y en la que auguraba posible goce.

Mucha gente no es capaz de darse cuenta de lo siguiente, que más o menos tocabas (y yo comente) en tu artículo sobre los valores. Las finalidades que asumimos son cambiantes e insignificantes, pero no así la función que cumplen. Tendemos a substituir una finalidad cuando nos hartamos del día a día y la substituimos por otra, pero caemos en el error de absolutizar esa nueva finalidad, en vez de entender que su valor radica en la función que ejerce. Entender esto abre mil puertas de satisfacción, y nos muestra que podemos cambiar conforme la situación lo requiera, a la vez que nos muestra lo absurdo de cambiar por cambiar, pues si nuestra vida es grata y hace bien, ya está todo hecho. El sufrimiento viene por dejar de gozarla, por absolutizar e hipostasiar pensamientos respecto a su valor en vez de atender a las sensaciones y las acciones concretas. El sufrimiento viene por creer que ese discurso es "real" y "verídico", en vez de entender que es un efecto de determinadas causas. En vez de perseguir lo qué deseamos, hay que desear lo qué tenemos, y entender que el deseo sólo tiene valor por el placer de su consecución o de su persecución. En efecto, como dice Nagel: "la vida es un juego, y tomarla seriamente un error". O como diría Santayana: "es grato ser un accidente de un accidente".

La resignación no es lo mismo que la aceptación, puesto que la primera incluye sufrimiento y un deseo no realizado, y la segunda implica gratitud y goce.

En el fondo, esto no es más que una consecuencia del nihilismo (al cual se demoniza sin entenderlo, confundiéndolo con pesimistas existencialistas para nada nihilistas, pues creen absoluto el valor gratuito de que la vida es mejor no vivirla). El nihilismo es consecuencia del materialismo y de una comprensión del determinismo, que entiende que la única ética lícita es el hedonismo (otro concepto que se malentiende muy a menudo al que se ataca con hombres de paja).

Saludos, Daniel. Un gusto leerte.

Expand full comment

Hacía tiempo que no veía un comentario tan bien formulado, que se entrelaza con la publicación original, expandiéndola perfectamente, complementándola. Muchas gracias a ambos por el escrito.

Expand full comment

Gracias a ti por tus palabras.

Lo qué sigue es una apreciación personal, pero creo que como usuarios deberíamos extraerle más jugo a estas plataformas que permiten interaccionar. Entiendo perfectamente el comentar para dar las gracias o reconocer el mérito del artículo, ya que suponen un refuerzo para el autor y lo animan a seguir escribiendo, así como un posicionamiento en cuanto a visibilidad del blog, canal de Youtube o lo que sea. También entiendo el hacerlo para suscribir nuestro propio pensamiento, ya que de algún retorcido modo, felicitar a otro también es una forma de hablarnos a nosotros. Por último, resulta obvio el fomentar un compromiso identitario mediante la aprobación de lo qué el otro dice.

No obstante, creo que en última instancia, tanto comentar y comentar sin substancia es un poco estéril y oculta las posibilidades de enriquecimiento del diálogo. Se automatiza, a la vez que fomenta cámaras de eco y sentimientos de pertenencia (sólo hay que ver la aquiescencia de la inmensa mayoría de secciones de comentarios y su partidismo), por no hablar de vituperar o criticar como monos. Por eso intento extenderme un poco en los comentarios, ya sea añadiendo o contradiciendo algún punto, ya que leyendo algunos he aprendido mucho. Hay poquísimos blogs en los que verdaderamente se comente con afán crítico y de diálogo, por eso hay que aportar un granito de arena.

Saludos, compañero.

Expand full comment

Calda, no había tenido el tiempo de leer tus comentarios. De verdad agradezco mucho el tiempo que tomas en compartir tus ideas. Como muy bien dices, y es algo que comparto y trato de hacer cuando es posible, si bien las felicitaciones por un escrito animan a seguir escribiendo, lo que realmente suma son los puntos de vista, a veces similares, otras veces no, que enriquecen la reflexión. Nadie en esta red social pretende resolver algún dilema insalvable, sino aportar una subjetividad más. En ese sentido, tus cuidadas reflexiones son un regalo. Gracias.

Expand full comment

Gracias por tu comentario, me ha dejado con ganas de estudiar un poco más sobre el nihilismo, ya que por tus palabras veo que probablemente tenga una idea distorsionada de lo que realmente es.

Expand full comment

El nihilismo es un concepto polisémico, por lo cuál hablar de nihilismo a secas confunde más que aclara.

1.- El "nihilismo popular" que tiene en mente la mayoría de la población es una mezcla de odio anti-sistema, profundo egoísmo y diversas posturas morales. Entre estas, pueden incluirse relativismos fuertes, el egoísmo moral y una especie de "pasotismo" y "buenismo", pero también cambios en las conductas de las personas y nuevos valores en situaciones cotidianas. Este nihilismo no es más que una palabra vacía, a lo sumo descriptiva, que se usa con pretensiones explicativas que no explican nada (un concepto no puede ser la causa de ningún cambio material). Antaño, el nihilismo popular era concebido en relación a ideologías políticas que criticaban furibundamente la sociedad y pretendían modificarla en pos de un fin sin importar los medios; una mezcla de rabieta infantil y observación legítima de problemas en esas sociedades.

2.- El nihilismo filosóficamente bien entendido tiene varías ramas.

- Existe el "nihilismo ontológico" que afirma que nada existe, el cuál es, obviamente y a todas luces, absurdo y auto-contradictorio.

- Existe el "nihilismo epistemológico", muy de moda desde los 80, pero ya en en deflación, que dice que no hay ningún criterio que justifique conocimientos de diversa índole (científicos, filosóficos, técnicos, políticos...). Esta postura sigue presente en su forma subjetivista, que viene a decir que las narrativas de los sujetos y su concepción de las cosas son el único criterio de conocimiento válido.

- Existe el "nihilismo moral", que es el que nos interesa y tiene dos partes. La primera, la fundamental, afirma que las valoraciones son algo intrínseco a los organismos en relación a ciertas cosas que les son útiles: podemos decir que los organismos valoran en función de sus déficits o necesidades. El valor no está en la cosa, podríamos decir. La segunda afirma que esas valoraciones no tienen fundamento alguno, la cuál roza el idealismo filosófico y el nihilismo ontológico, pues parece negar la existencia de organismos con determinadas necesidades y formas de valorar acorde a su ser, a cómo son esos organismos. Por ello el hedonismo, entendiendo como tal que el fundamento de toda moral es la capacidad de sentir de los organismos y sus necesidades (pues estas posibilitan qué y cómo sentirán) y que toda acción debe perseguir ese fin teniendo en cuenta la complejidad del mundo. Al no poderse perseguir directamente por ignorancia, establecemos necesidades de distinto grado que estadísticamente resultan eficaces. Sí, ser nihilista no va reñido a defender éticas objetivas.

2.1.- Este nihilismo moral tiene un aspecto social y otro individual.

-En el social, viene a afirmar que los códigos morales que han sustentado las distintas sociedades a lo largo de la historia son cambiantes, y que existen diversos códigos dentro de una misma sociedad en función de distintos grupos de la misma que "chocan entre sí"; hay códigos familiares, empresariales, de los espacios públicos, nacionales, con otros Estados... (por ejemplo: para cumplir con un deber moral en tu familia puedes tener que romper códigos de buen ciudadano o para cumplir códigos internos de tu Estado has de romper códigos más "humanitarios" e internacionalistas). Al respecto de las múltiples morales de diversas sociedades, cabe remarcar que esas normas morales tienen una doble función: la de regular y posibilitar la existencia y desarrollo de la sociedad por un lado, y el propio contenido ético de las normas que puede generalizarse y evaluarse con rigor filosófico. Una sociedad puede tener códigos morales rechazables en el plano ético, pero necesarios para que la sociedad persista.

Esto muestra que el nihilismo moral no niega la necesidad de códigos morales, sólo niega la validez absoluta de ciertos códigos, los cuales entiende como un "instrumento" válido por los efectos que produce en el mundo. Un nihilista mínimamente informado afirmará la necesidad de códigos morales revisables, según contexto y siempre los evaluará funcionalmente a varias escalas. Una "ancla" realista a tratar con cuidado esas morales para no desestabilizar y causar daño; se ve, por ejemplo, en el peligro de tratar de modificar otras sociedades sin entender las funciones sociales de su moral y los efectos dañinos que eso puede ocasionar.

- En el individual, que es lo qué explicitaba en el comentario, viene a decir que la creencia visceral de que necesitamos ciertas cosas y no otras es un error. Todo lo que tú crees que necesitas lo es por una valoración, pero usualmente, tendemos a abalanzarnos sobre las cosas cómo si las necesitásemos con independencia de nuestra valoración. Estoy en mi casa y deseo viajar, cambiar de trabajo o de pareja, y automáticamente pienso que eso es así por sí mismo, cuando lo es por mí valoración y la concepción que yo sostengo. Sin esa valoración tuyas las cosas son neutras (no tienen valor, negamos el valor sin la valoración) y, por tanto, no pueden dañarte. No niego la existencia de la valoración; niego su utilidad, su independencia de ciertos procesos que la causan y afirmo la posibilidad de cambiarlos. Obviamente, hay valoraciones con fundamento biológico (acerca un dedo a una llama y verás), y otras con fundamento social (sí, necesitas un mínimo de ingresos para subsistir, pero el monto es muy relativo a tus valoraciones) y otras con fundamento psicológico (sí, ver futbol me causa placer), pero, afortunadamente, la mayoría de ciudadanos de muchos países sufrimos por gusto, por valoraciones "ficticias" que creamos nosotros. Tus valoraciones son un "instrumento" para conseguir ciertas cosas, si no funcionan, cámbialas. Puedes seguir persiguiendo objetivos, pero de forma racional por sus efectos, sin tirar a la basura el presente y sin identificarte visceralmente con ellos.

Cuando hablo de valoraciones, incluyo también a las narrativas. Si tú estas en tu casa y dices "no soy feliz", "la vida no tiene sentido" o "no me siento realizado", eso no está en las cosas, sino que sólo es un conjunto de procesos que tienen lugar. El problema no es "de tu ser feliz", "del sentido", o de la "realización", pues no son cosas. El problema es ese mismo proceso que te hace sufrir y está teniendo lugar ahora. No es bueno tener narrativas acerca de nuestra vida; hay que concebirse a uno mismo de forma impersonal y material como a cualquier otra cosa. Construimos un relato fantasioso, discursivo e idealizado que no se corresponde con cómo somos verdaderamente. La solución es simple: explicar nuestra identidad por la facticidad de la misma, no a través de "razones y narrativas", sino a través de hechos, conexiones y procesos causales. Atender a nuestros acciones y sus efectos, a nuestras vivencias, entorno y relaciones con otras personas; eso es lo qué somos. pero hay que aclarar que somos múltiples y que, estrictamente, una aspiración no habla de nosotros, sino que sólo habla de la aspiración en un momento y entorno dado (a la recurrencia y regularidad de todo eso le llamamos carácter, pero el carácter es mutable).

Un consejo simple: usar el lenguaje más preciso, menos metafórico y más fáctico para entender qué cosas pasan en nuestras vidas, puesto que sufrimos por "enredos lingüísticos" que no tienen referentes reales (a lo sumo son un conglomerado vago descripitivo de muchas cosas que no guardan relación y nos contagiamos socialmente al no evaluar críticamente aquello que recibimos del entorno). Por ejemplo: ¿qué pollas significa "no quererse"? Puedes mirarte al espejo, escupirte, decir ciertas cosas en voz alta, comerte unos callos o hablar con un tercero usando esas palabras, pero, ¿dónde está el "quererse"? ¿Y "ser sensible"? Yo puedo experimentar mayor intensidad emocional, rumiar como una vaca, tener respuestas condicionadas ante ciertos estímulos y decir que soy sensible, pero no veo "alta sensibilidad". Ocurren ciertos procesos que nos afectan, y entenderlos tal y cómo son (o lo más aproximado posible) es lo qué nos permite modificarlos, modificándonos a nosotros mismos, puesto que no somos más que esos procesos y los efectos que causan, algunos de los cuales experimentamos conscientemente.

Espero no haber dado la lata en exceso. Esto es tentativo y se puede profundizar mucho más, pero sirve como bosquejo.

Saludos,

Expand full comment

Muchísimas gracias por tomarte el tiempo de redactar esta explicación, Calda. Que tengas un gran día/gran tarde/noche. 😊

Expand full comment