🖼️ Una pintura:
Cuando el artista finlandés Berndt Abraham Godenhjelm viajó a Italia a mediados del siglo XIX quedó fascinado por el arte renacentista. Aquí presento su intento de reinterpretar una obra de Raffaello Sanzio (Rafael), de mediados del siglo XVI, que representaba un famoso mito griego.
La obra muestra a la nereida Galatea (‘blanca como la leche’ en griego antiguo), sobre su carroza de conchas tirada por delfines, rodeada de tritones, ninfas y cupidos, en este, su cortejo marino.
El triunfo de Galatea es el triunfo del amor, pero del platónico frente al carnal. Según el mito, Galatea era deseada lujuriosamente por el cíclope Polifemo, pero ella rechaza sus avances y elige, en cambio, al joven pastor Acis. Polifemo, celoso, mata a Acis aplastándolo con una roca, y Galatea, desconsolada, implora a Poseidón para que transforme la sangre de su amado en un río.
El caudal incesante del río Acis simboliza el amor eterno de Galatea.
🍵 Dos reflexiones:
El efecto halo es un sesgo cognitivo que ocurre cuando un solo atributo, como el atractivo físico o una habilidad específica, influye en cómo percibimos el carácter general de una persona. Este sesgo puede llevarnos a hacer suposiciones sobre otros rasgos no relacionados, como asumir que alguien atractivo es también más competente o amistoso. [Fuente]
“Un hombre no solo vive su vida personal, como individuo”, escribe Thomas Mann, “sino también, consciente o inconscientemente, la vida de su época y sus contemporáneos”. [Fuente]
🦉 Un recuerdo del archivo:
El legado del rey Pirro es el siguiente: aunque ganó muchas batallas y expandió el reino, tuvo grandes pérdidas humanas y de recursos. Su vida es ejemplo de lo que hoy se conoce como “victorias pírricas”: triunfos obtenidos a un costo tan alto que el vencedor en realidad siente como derrotas. Victorias que terminan dañando al vencedor. Batallas ganadas pero la guerra perdida. Las victorias pírricas son, pues, lo que todos debemos evitar en la vida.
Sigue leyendo → Un año de anti-metas
🪴 Algo más:
A propósito de la columna “Un año de anti-metas” que publiqué el año pasado, te propongo nuevamente el ejercicio de que en vez de plantear objetivos y metas para el próximo año, definas tus anti-metas.
Las anti-metas son las cosas que NO queremos que sucedan. Si tus metas son el destino, las anti-metas son las cosas que no quieres sacrificar.
Por ejemplo, un objetivo mío puede ser sumar X suscriptores de Pequén dentro del próximo año. Mi anti-meta será no "venderme" con contenido de baja calidad o aplicando "trucos" de crecimiento artificial. Otro objetivo puede ser consolidar el desempeño técnico y financiero de mi empresa. Mi anti-meta será asegurarme de luchar por jornadas flexibles, harto tiempo libre, sin hacerme esclavo de mi propia creación.
El beneficio de las anti-metas es que se cumplen hoy y no dependen de nadie más. Son un recordatorio permanente de lo que es importante para ti.
Una última cosa. El fin de semana leí esto de Anne Helen Petersen:
Cada vez que conozco a alguien que lee mi newsletter, a menudo siente la necesidad de disculparse por no leer todo lo que publico. Entonces empiezo a agitar mi mano en ese gesto de "olvídalo" incluso antes de que terminen la oración. Ningún escritor, y ciertamente ningún autor de un newsletter, publica cosas en el mundo con la creencia de que su "buen" lector debe leerlo todo. Sólo quieren que algunas de sus cosas lleguen a la gente. No todas sus cosas; no a todas las personas. “Algo” ya es suficiente; de hecho, algo ya es motivo de celebración.
Así que si durante este 2024 te ha gustado UNA de las pinturas que compartí, te ha hecho sentido UNA reflexión, o has leído o compartido UNA de mis columnas, eso ya es (más que) suficiente para mí. Un premio.
Feliz 2025.
☕️ Si disfrutas leyendo Pequén, invítame un café.
Me ha gustado especialmente tu publicación de hoy.
No por conocidas son menos inspiradoras las historias de Galatea y Pirro.
La frase de Thomas Mann, muy cercana al "yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo" de Ortega y Gasset, esclarecedora: compartimos mucho más con nuestros coetáneos por lejanos que estén de lo que solemos creer.
Las anti-metas, un acierto que no siempre tenemos presente.
Y la prudencia de Anne Helen Petersen muy razonable, para gestionar bien las expectativas.
Feliz año.