🖼️ Una pintura:
Clodoveo II fue un rey franco de la dinastía merovingia durante el siglo VII. Al encontrarse ausente por partir a una guerra, sus hijos tramaron una rebelión contra él. Pero su madre Batilde, esposa del rey, al descubrir el plan de sus hijos, dio una impactante demostración de disciplina parental: mandó a que les cortaran los tendones de piernas y pies antes de enviarlos, inmovilizados, río abajo por el Sena en una precaria embarcación sin remos ni timón, abandonados a la deriva…
Pero eran príncipes, después de todo, así que algo de protocolo y solemnidad hubo. Como nos muestra Evariste-Vital Luminais en su pintura, ambos visten túnicas doradas, posan sus cabezas en cojines de terciopelo, y tienen los pies muy bien vendados. Además, al pie de la barca/cama hay un relicario, para que Dios los protegiera.
Y así fue, aparentemente, pues según la leyenda los príncipes fueron rescatados días después por monjes de la abadía de Jumièges (al norte de Francia), dedicaron su vida a la fe, y luego se reconciliaron con sus padres.
“Los hijos de Clodoveo II” de 1880 es la pintura más famosa de Luminais. En 1960, Simone de Beauvoir la describió como un "tranquilo horror". (Coincido: bastante adoloridos y resignados se ven los muchachos luego del ejemplar castigo.)
🍵 Dos reflexiones:
En finanzas personales uno de los errores más grandes que cometemos es tratarlas como algo racional. La gestión del dinero no es un fenómeno lógico: es emocional. Esto es especialmente evidente cuando se trata de gastar. [Fuente]
La manera más fácil de superar el perfeccionismo es darte un plazo y cumplirlo. Como dijo el productor de Saturday Night Live, Lorne Michaels: “El show no sale al aire porque esté listo, sale al aire porque son las 11:30”. [Fuente]
🦉 Un recuerdo del archivo:
Simone de Beauvoir tomaba té o café a eso de las 10 de la mañana, y trabajaba hasta mediodía (1 pm) para luego descansar y distraerse hasta las 5 pm, momento en que retomaba la escritura hasta las 9 pm. Tchaikovsky tenía una jornada similar, componiendo en dos ventanas del día: de 9:30 a 12 am, y luego de 5 a 7 pm, todo acompañado de sendas caminatas. El filósofo Søren Kierkegaard, por su parte, no tenía un horario definido para despertar y comenzar a trabajar, pero sí respetaba su rutina de alternar la escritura con largas caminatas, sin importar a qué hora ocurrían. Le encantaba tomar café, al igual que Beethoven, cuya técnica de preparación era muy minuciosa.
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Sólo para terminar la idea (☕️), se dice que Beethoven desayunaba café solo, que él mismo preparaba con mucho cuidado. De algún modo determinó que la taza perfecta debía tener exactos 60 granos, que a veces contaba uno por uno para cerciorarse. Søren Kierkegaard, en cambio, preparaba algo muy raro. Según el biógrafo Joakim Garff, Kierkegaard vertía azúcar en una taza hasta que se amontonara hasta el borde, formando una pirámide. Luego vertía una preparación de café negro muy fuerte, y esperaba a que el azúcar se disolviera (algo). Acto seguido bebía todo de un solo trago.
🪴 Algo más:
Hoy les quiero contar de mis últimas lecturas:
Hace poco terminé “Ídola” de Germán Marín, una novela sobre las andanzas santiaguinas de un escritor fracasado recién retornado del exilio. También leí “Cuaderno esclavo” de Rodrigo Olavarría, sobre las reflexiones de un viajero a Río de Janeiro que ha perdido su cuaderno antiguo (y por eso el que escribe ahora es esclavo del otro). Y por último leí “El vasto territorio”, la primera novela de Simón López Trujillo, una historia sobre la industria maderera y la presencia de un misterioso hongo en el sur de Chile.
Los tres escritores anteriores son chilenos. 🇨🇱
Ahora estoy leyendo el ensayo “Irracionalidad” de Justin E.H. Smith y sigo con “Morar en la superficie” del peruano Carlos Germán Belli.
¡A leer! 🤓
¡Qué buen artículo Daniel! Muy inspirador. Me encanta saber sobre las rutinas de artistas y nuevas lecturas ☺️
Las rutinas de los creativos son fascinantes, no me canso de leer sobre ellos. Me gusta mucho la idea de hacer un parón y alguna actividad física, como caminar. Intercalar el esfuerzo mental con el soltar y dejar que entren aires nuevos. Sin embargo, cuando estás ahí enfrascado en algo es difícil darse cuenta de que necesitas perspectiva y un respiro. Gracias por recordármelo! 💙 M.