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Ocasionalmente, uno que otro sábado, columnas donde desarrollo mis ideas sobre filosofía, desarrollo personal y productividad. (Puedes leer lo que ya he escrito acá.)
¿Por qué Pequén?
Cuenta la leyenda que Atenea —o su equivalente latina, Minerva—, diosa de la sabiduría, tenía un búho como animal tótem.
El vuelo nocturno del ave simbolizaba el conocimiento que emerge de la oscuridad, y su mirada penetrante, la guía que Atenea y otros buscaban. Y es que a veces la sabiduría suele llegar tarde, como el búho que sale al anochecer.
Sobre a qué especie correspondía, por mucho tiempo se pensó que se trataba de una lechuza, pero diversas fuentes literarias y representaciones figurativas develaron que el búho de Minerva no era otro que el mochuelo (Athene noctua), un ave común en toda Europa —y seguramente también en la Antigua Grecia— y no la lechuza, prácticamente desconocida en esa región.
Pero soy chileno, y en el continente americano no tenemos al mochuelo europeo pero sí a un hermano: Athene cunicularia, conocido popularmente en mi país como… Pequén.
Un pequén es, pues, mi compañero de viaje en esta aventura de aprender, escribir y compartir.
“Cuando la filosofía pinta el claroscuro, ya un aspecto de la vida ha envejecido y en la penumbra no se le puede rejuvenecer, sino sólo reconocer: el Búho de Minerva inicia su vuelo al caer el crepúsculo.” (Hegel)
